Así comienza… Contrición bajo los signos, de Jaime D. Parra

 




Prólogo

Carmen Borja

(Fragmento)


Al principio, contrición

En mayo de 1978 aparecía la primera edición de Contrición bajo los signos. Se abría con una cita de la Ética de Spinoza («Contrito llámase al ser cuando está por debajo de sí por tristeza»), una «Invocación para que este libro concluya» y un prólogo manuscrito del autor, en el que exponía sus ideas sobre la vida en general, sus congojas en particular y los caminos por los que la poesía moderna podía rescatarse a sí misma. Había allí juventud, ingenuidad, ímpetu, autocompasión y un punto de jactancia, pero también ideas interesantes de cuño cernudiano —me refiero al Cernuda de la prosa crítica—, que en mi opinión no solo eran muy válidas sino imprescindibles. Aunque no aparezca en la nueva edición, sino un fragmento, no quería dejar de subrayar su valor.

La edición que ahora se publica, está compuesta por dos libros. En el primero recoge la producción más experimental, de 1974 a 1975, paralela a la literatura hispanoamericana (Julio Cortázar, Octavio Paz, Nicanor Parra, Rodolfo Hinostroza, Severo Sarduy o Macedonio Fernández), cuando hacía el servicio militar en Viator (Almería), después de conocer al pintor y poeta surrealista colombiano Mario Lafont, que fue su maestro. Por suerte, se mantiene alguno de mis poemas preferidos, como «Sueños elípticos melodominados», que comienza con aquel «Estoy/ Al borde/ De ser feliz». En el segundo libro recoge una poesía más discursiva y ético-moral, poesía-filosofía, ya de vuelta a Barcelona entre 1976 y 1977, más cercana a la literatura europea (Hölderlin, Novalis, Rimbaud, Trakl, Lautréamont), época en la que fue alumno de José María Valverde. Esta nueva división en dos partes es la manera que tiene el autor de mejorar una primera edición que le pareció precaria y en la que no pudo reproducir parte del material. Ahora, en 2020, puede dejar constancia de esos dos momentos y hacer en realidad una antología de esos años, con varios poemas corregidos y algunos de ellos reescritos, desde el presente. Además, incluye, un epílogo de Gustavo Vega, con una serie de comentarios, aclaraciones y puesta en contexto de muchos de los poemas, material que enriquece el contenido de la obra.

Hasta aquí los hechos. Pero uno de los poderes fascinantes de la literatura es transportarnos en un instante a otro tiempo, especialmente cuando se ha formado parte como testigo y/o como actor de la vida que cristaliza en arte. Unos meses antes, en el verano de 1977, yo estaba haciendo un viaje por España en autostop, sola. Era mi verano sabático, había acabado tercer curso de filología hispánica en la universidad de Oviedo, con Rilke había decidido que quería dedicarme a la poesía y meditaba qué hacer con mi vida. En Menorca, la víspera de que saliera el barco para Barcelona, conocí a dos amigos —Eloy Torre y Jaime D. Parra— que habían compartido piso, habían sobrevivido a la mili por separado y estaban a punto de iniciar un curso de filología hispánica. Muy distintos entre sí, complementarios en cierto modo. Hicimos amistad. Eloy llevaba consigo un ejemplar del Hiperión de Hölderlin y me habló de él con total entusiasmo. Luego me regalaría uno. Tanto Jaime como yo llevábamos poemas propios en la mochila, cada uno leyó algunos de los del otro. De vuelta a Barcelona, nos separamos. Yo me quedé unos pocos días más con Eloy (asistimos al concierto de Carlos Santana) antes de regresar a Gijón. Entre ambos —Eloy y yo— surgió algo más profundo. Nos carteamos. Volví en Semana Santa. Y a finales de junio fue a buscarme a Oviedo para volver a Barcelona y vivir juntos. En septiembre salía mi primer libro, Con la boca abierta.


Prólogo de 1978

       (Fragmento)


Cuando uno, educado para ser feliz, ha ido viendo desvanecerse con pánico, toda esperanza y ha visto sus ilusiones estrellarse contra lo más frío del escenario viviente, llega a sospechar de sus propias convicciones y recurre a la fatigosa tarea de examinar sus propias premisas. Lo primero que uno aprende es el rechazo y la duda (…) A continuación, afloran mil preguntas de todo tipo que más bien corroen que mejoran. (…) se examina, se ajusta, se desajusta, se cambia de idea, se recoge una nueva,  se inventa otra, etc. Y así sin cesar, hasta que posiblemente se encuentra el vacío. Pero la búsqueda no concluye sin pleno temor a vivir. Es entonces cuando algunos descubren un arte y se entregan a él, se crean su propio mundo, y lo defienden como pueden de los depredadores acechantes (…)

Con estos poemas, ya sea en forma de indalo, ya sea como número o como la extraña variante de un pájaro (…) la intención actual del libro es que sirva de punto de partida. (…).

J. D. P.





Si desea más información sobre Contrición bajo los signos:

https://www.librosdelinnombrable.com/producto/contricion-bajo-los-signos/


Si desea más información sobre Jaime D. Parra:

https://www.librosdelinnombrable.com/autores/jaime-d-parra/


Comentarios