Algunos datos sobre la historia y la definición del collage




Algunos datos sobre la historia y la definición del collage


Que se realiza fijando papel u otros materiales,
recortados y pegados, sobre la superficie
del lienzo. Sustitución de los colores
por cartones y objetos. Braque,
según algunos, fue el que descubrió
la seductora apariencia que cobraba
el cuadro al agregarle caracteres
tipográficos e inscripciones. Era
el año 1911. Antes, unos pocos
calígrafos japoneses ensamblaron,
en las hojas de las obras poéticas
a ellos confiadas, papeles de colores,
tenues formas de irregular superficie,
motivos florales, diminutos pájaros,
estrellas doradas y pequeñas, plateados
los contornos. Con tinta china, líneas
onduladas que sugieren montañas,
nubes y ríos. Eran collages con texto
y se hacían en el siglo XII. En Persia,
algo más tarde, otros precedentes:
filigranas sobre cuero repujado.
Y los cuadros con granos de café y paja
coloreada, cáscaras de nueces, todo
incrustado en la madera. Telas cubiertas
con alas de mariposas, recortadas
imágenes, puntillas, pergaminos
para los libros de oraciones, hilos de oro.
F. G. Schumann (en 1797) sobre el lienzo
pega naipes, un billete de banco, un mapa
de Sajonia, trozos de periódico, una carta
semicarbonizada y Victor Hugo, a pincel,
reforma siluetas con cenizas y jugos de mora.
Braque muestra lo que hizo como experimento,
en 1911, a Picasso, diciéndole: «quiero
incluir una certeza entre todo el resto
sugerido o figurado». El malagueño advierte
la novedad y, más tarde, en su estudio, fija
recortados papeles a sus dibujos, un fondo
de asiento de rejilla en un cuadro, pinta
alrededor de la encerada tela blanca y la vacía
superficie crea la ilusión de profundidad,
rodeada de un limón, un vaso y un periódico.
Braque mezcla con el color serrín y arenas,
crean poéticas asociaciones con palabras
y letras, titulares de prensa. Con una plantilla
pintaban los signos en primer plano. Tras ellas,
el resto del cuadro y su volumen. Escriben
nombres completos, frases: «Bach, ma jolie»,
incluso una declaración de amor: «J’aime Eva».
Braque, en su juventud, pintó paredes
falsas de madera, imitación de jaspeados
mármoles, para las casas construidas por su padre,
y fija esos tapices, un día, en sus cuadros,
sustituyendo la pintura. Bodegón con frutero
y vaso tiene apariencia de madera. Al principio,
papeles recortados a tijera los rectos ángulos,
cuidadosamente; y los siguientes, ya rasgados
los contornos por su mano nerviosa. Añade
a sus collages cartones de colores, tonos verdes
y azules, precintos de paquetes de tabaco,
dibujos de tableros para el ajedrez, anuncios
y un programa del cine Tívoli de Sorgues.
El territorio del collage es ya infinito.
Picasso descubre el expresivo encanto
de los desgastados materiales, arrugados
envoltorios de cigarrillos, con pisadas,
las etiquetas de las botellas, alambres
que son cuerdas de un instrumento musical,
una mandolina atornillada sin su caja de resonancia.
El madrileño Juan Gris coloca, de un espejo roto,
sus pedazos en dos cuadros: Lavabo y Consola
de mármol y explica: «una superficie cambiante
es el espejo que al reflejar al observador del lienzo
solo se le puede incorporar fijándoselo».
En otras creaciones pegó reproducciones
de cuadros antiguos, que el adquirente
podrá sustituir por algún otro grabado.
Incluso por su propio retrato, si así lo deseara.

Un poema de Palabras sobre trazos y colores, de Alfonso López Gradolí (Libros del Innombrable, 2019). ISBN: 978-84-17231-07-1. Colección Los libros del señor Nicolás.


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