Hércules jugando a las dados, de Ernesto Giménez Caballero



BIBLIOTECA GOLPE DE DADOS
HÉRCULES JUGANDO A LOS DADOS,

de Ernesto Giménez Caballero



Extraña parábola la que dibuja el camino de Giménez Caballero, una vez desvinculado del Centro de Estudios Históricos, donde fue discípulo de Menéndez Pidal y Américo Castro, desde el vanguardismo literario más transgresor e informado hasta el más hirsuto fascismo. En uno y otro tuvo mucho de fundador, no puede negársele brillantez y fue vehemente promotor. Creó La Gaceta Literaria en 1927, el periódico quincenal que injertó la vanguardia española en el movimiento modernista internacional, y desde ese mismo púlpito predicó a partir de 1929 el credo nacionalcatolicista que provocaría la estampida de sus colaboradores y lo obligaría a redactar él solo seis de los últimos números bajo el subtítulo El Robinson Literario de España. En su primer libro, Notas marruecas de un soldado (1923), quiso dejar testimonio de la guerra del Rif, pero la denuncia de la política colonial española queda por debajo de sus logros en la prosa de ideas e imaginación. En 1927 propuso una original forma de crítica literaria a través de la representación diagramática de su opinión sobre autores y obras, los Carteles (que expuso en las Galerías Dalmau de Barcelona), y a la vez publicó su análisis de la mitología casticista Los toros, las castañuelas y la virgen, notable mezcolanza de erudición histórica y estridencia en la realización formal. Un año después abordaría uno de los vértices del mundo moderno, el deporte, en Hércules jugando a los dados, escrito al mismo tiempo que componía las exploraciones narrativas de Yo, inspector de alcantarillas (1928) y Julepe de menta (1929), llenas de atisbos geniales en temas y técnicas.


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