Solo de trompeta, de Antonio Fernández Molina




Solo de trompeta
Antonio Fernández Molina
978-84-17231-28-6
Thema: FBC - FMM - FXB
Novela
Biblioteca Golpe de dados
20 x 13,5 cm
330 págs.

Prólogo de José Luis Calvo Carilla
Apéndices de Guillermo Díaz-Plaja y Pilar Quirosa-Cheyrouze
Ilustraciones e imagen de cubierta de Juan Luis Borra




Solo de trompeta narra la exclusión social de un muchacho diferente de los demás en su aparente retraso físico y mental, pero también en su hipersensibilidad, en su ternura e incluso en su cinismo. Incluso se le busca como compañero a Aquilino, un enano del circo con el que terminará conviviendo en franca camaradería. Ambos integran un dúo funambulesco que escenifica la demencial farsa social de la diferencia.
José Luis Calvo Carilla


Notable y originalísima novela, Solo de trompeta refleja el mundo de los sueños, en su desnuda y sincera infantilidad, lo obsesivo, hasta una especie de alucinación y enajenación, en que se funden lo vivo con lo literario, gravitando sobre lo absurdo, la sátira sobre el ambiente familiar y local…
Ángel Valbuena


Este libro surge en la literatura de aquí y de hoy como un puñetazo. Con recogimiento lo leo y lo releo.
Fernando Arrabal


Es muy lúcido su libro, que es lo que inevitablemente ha de ser una visita de tal naturaleza.
María Zambrano



He aquí los sueños, las obsesiones y fragmentos de la vida de un ser solitario, de un enano neurótico, que sufre ataques de enajenación. Miguel, el enano, es lo que Colin Wilson llama un «desplazado» y en este sentido es uno más de la larga serie de personajes marginales de la literatura del siglo xx. Su inmensa soledad se agrava por la repulsa de que es objeto y por la que él siente hacia los demás. En sus sueños se entremezclan constantemente lo real y lo onírico.

Miguel, nacido en el seno de una familia con tradiciones profundamente arraigadas, iba camino de ser un niño normal y bien dotado. Pero, preso de ataques epilépticos y de alucinaciones, que originan la pérdida de sus facultades mentales, Miguel es internado.

Este libro, o diario de un enano, es la historia del descenso hacia la demencia. Se podría decir que es, también, la imagen del mundo visto por los ojos de un loco; la búsqueda de la verdad desnuda, a través de una mente totalmente desequilibrada. Esta visión del mundo es, al principio, bastante real y a ratos algo caricaturizada, con cierta tendencia, siempre, escatológica.

Los objetos juegan, naturalmente, un papel muy importante en la provocación y desarrollo de las alucinaciones. Otros sujetos determinantes son las mujeres: la sirvienta, la compañera de estudios, las dos mujeres que acogen al enano en su casa, en la que reina un denso clima de pesadilla. Y, en fin, otro enano: Aquilino, de ascendencia más modesta que Miguel. Las andanzas de ambos se confunden tanto que en momento alguno se podría afirmar, rotundamente, que el enano Aquilino, existe. En esta novela, donde lo real y lo imaginario se funden constantemente, más bien se diría que Aquilino no es sino la sombra de Miguel, es decir: su doble.

El tratamiento satírico, con inclinación a lo picaresco, destaca claramente en numerosos pasajes del libro. No falta tampoco, la sátira social, a través de personajes cruelmente deformados, como si el autor hubiera querido imitar, en lenguaje literario, el realismo pictórico de Goya.

Antonio Molina reconstituye admirablemente el clímax de lo inconsciente, de la pesadilla, introduciendo, con habilidad, el hilo de la acción por entre el enmarañado y delirante comportamiento de Miguel. El autor ha estudiado, de manera magistral, el proceso de desequilibrio mental del enano y todo cuanto ilustra el desarrollo de esa agravación nos prueba la prodigiosa facultad de inventar que posee Antonio Fernández Molina. 






Antonio Fernández Molina (Alcázar de San Juan [Ciudad Real], 1927–Zaragoza, 2005). Poeta, narrador, articulista, crítico de arte y pintor. En 1951 funda la revista y colección de poesía Doña Endrina. Fue Redactor Jefe de la revista Despacho Literario (creada y dirigida por Miguel Labordeta) y Secretario de Redacción de la revista de Camilo José Cela Papeles de Son Armadans. Dirigió la revista de creación y pensamiento Almunia.
A. F. Molina fue un creador infatigable que transmitió a su obra la misma riqueza y libertad que testimoniaba en su vida diaria. En 1949 entró en contacto con el Postismo que le influyó de manera decisiva. José Luis Calvo Carilla menciona al respecto: «… pese a su tardía aproximación al grupo, es uno de los postistas más consecuentes y más representativos». También participó en el movimiento pánico. En el año 1999 ingresó en el Collège de 'Pataphysique de París.
De su amplia bibliografía citaremos un puñado de títulos, en poesía: Una carta de barro, El cuello cercenado, Platos de amargo alpiste, Cabeza de árbol, Carpeta azul y Cantata en el iceberg; en novela: Solo de trompeta, Un caracol en la cocina, La liebre mecánica y La llama invisible; en narrativa y cuento: En Cejunta y Gamud, Pompón, Perro mundo y Dentro de un embudo; en teatro: Todos los días son espléndidos y La tabla de multiplicar; en ensayo: Picasso, escritor (el primer texto relativo a la obra literaria del pintor), La generación del 98 y Dalí —Testimonios y enigmas—. Como antólogo realizó Los poetas románticos, Antología de la poesía cotidiana, Antología de la poesía modernista, Antología de la poesía mística española, etc.
Su obra figura en primera línea de las propuestas más arriesgadas y enriquecedoras de la literatura en castellano del pasado siglo xx.
En Libros del Innombrable hemos publicado su poesía completa, una antología poética con el título Orfeo errante, La vida caprichosa, que selecciona sus relatos, Hablando de A. F. Molina, que compila críticas, entrevistas y artículos que le dedicaron al autor, además de otros títulos.


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