COLECCIÓN SARASTRO
FRAGMENTOS DE UNA ELEGÍA PERMANENTE,
de Antonio FERNÁNDEZ MOLINA
A.Fernández-Molina nace en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) en 1927. En 1951 funda la revista y colección de poesía Doña Endrina. Ha sido redactor jefe de Despacho Literario creada por Miguel Labordeta y secretario de redacción de Papeles de Son Armadans. Dirigió la revista Almunia. Entre su amplia bibliografía citar en poesía: Una carta de barro, El cuello cercenado, Platos de amargo alpiste, Cabeza de árbol, Carpeta azul y Cantata en el iceberg; novela: Solo de trompeta, Un caracol en la cocina y La liebre mecánica; narrativa: En Cejunta y Gamud, Pompón y Dentro de un embudo; en teatro: Todos los días son espléndidos y La tabla de multiplicar; ensayo: Picasso escritor, La generación del 98 y Dalí Testimonios y enigmas. Igual de importante es su vinculación a las artes plásticas como crítico y, sobre todo, como creador.
Este libro se realiza en memoria de Alicia Vidal de Biel
Duermen las sombras
despiertan los espíritus.
En el espeso silencio extenso
germinan las semillas del amor.
No busques las respuestas en los bosques
con las preguntas, no busques tesoros
acepta ya los frutos del azar
misericordioso e insolente,
acepta. Los amaneceres lucen
la sonrisa de la primera
mañana del Edén. Y vive el día
como entonces. Cuando
se entienden y acatan sus razones
la inteligencia, la voluntad, el corazón
navegan juntos en armonía.
Manda el destino siempre
y entre los elegidos por un destino doloroso,
nefasto en apariencia
y acaso solo en profundidad distinto,
tú no puedes ser menos.
Las alas del azar te han elevado
por encima de las nubes
algodonosas de la incoherencia,
por encima del caracol del cansancio
por sobre subterráneos en apariencia absurdos.
Este libro se realiza en memoria de Alicia Vidal de Biel
Duermen las sombras
despiertan los espíritus.
En el espeso silencio extenso
germinan las semillas del amor.
No busques las respuestas en los bosques
con las preguntas, no busques tesoros
acepta ya los frutos del azar
misericordioso e insolente,
acepta. Los amaneceres lucen
la sonrisa de la primera
mañana del Edén. Y vive el día
como entonces. Cuando
se entienden y acatan sus razones
la inteligencia, la voluntad, el corazón
navegan juntos en armonía.
Manda el destino siempre
y entre los elegidos por un destino doloroso,
nefasto en apariencia
y acaso solo en profundidad distinto,
tú no puedes ser menos.
Las alas del azar te han elevado
por encima de las nubes
algodonosas de la incoherencia,
por encima del caracol del cansancio
por sobre subterráneos en apariencia absurdos.
Antonio Fernández Molina
Fragmento del libro
ISBN: 84-95399-34-2
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